martes, 5 de abril de 2011

Alejandra Costamagna: Las redes sociales están potenciando una nueva tribu

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Alejandra_Costamagna. Es periodista y escritora, recientemente ha publicado el texto “Animales domésticos” el sello editorial Ramdom House Mondadori que es una continuidad, de trabajos anteriores como “Naturalezas muertas” y  “En voz baja”. A pesar de sus ocupaciones, se hizo un tiempo para conversar de algunos temas, relacionados con la literatura.


1. ¿Cuáles son los libros que en este momento te llaman a la lectura?

Los que tocan una tecla que no desafina. Pero también los que apuntan hacia el mestizaje y cuestionan el estatuto sagrado. Los que no se enquistan en las muletillas. Los que, a fin de cuentas, hablan sin certezas porque tienen muchas más preguntas que respuestas.


2. “Animales domésticos” cumple con esa máxima de Chejov, donde en medio de situaciones cotidianas, las tramas se entrelazan, ocultan o sugieren. ¿Qué limitaciones crees que puede tener, esta apuesta literaria?

Más que una apuesta, creo que es una manera de acercarse a la literatura sin solemnidad. Chejov, efectivamente, se proponía escribir una obra donde las escenas fueran igual de sencillas y complejas que la vida ordinaria. Y lo graficaba así: “La gente está almorzando, almorzando nada más, y entre tanto cuaja su felicidad o se desmorona su vida”. Creo que las limitaciones, entonces, las tendrá que poner cada lector de acuerdo con su aproximación a lo complejo y lo sencillo.


3. ¿Cuáles son los síntomas de la buena literatura?  

Tiendo a desconfiar de las clasificaciones acerca de lo bueno y lo malo. La literatura que a mí como lectora me interesa, en todo caso, es la que sugiere más que explicita. La que no se aleja demasiado de las vidas posibles, pero tampoco aparece como un reflejo automático. Más bien la que ofrece múltiples entradas para su lectura.


4. En su “Canon cenizas y diamantes de la narrativa chilena” Camilo Marks, sostiene que Bolaño, no sólo se encuentra fuera de la tradición de autores nacionales, sino que salvo por su partida de nacimiento, en definitiva, no es chileno. ¿Qué te parece?

No estoy muy segura de lo que significa ser chileno a estas alturas. Pero Roberto Bolaño habla desde un lugar imaginario que se llama Chile. En la novela 2666, de hecho, El Chile es un basural donde son arrojados los cuerpos de cientos de mujeres asesinadas. Da lo mismo si Bolaño es o no chileno, pienso. Da lo mismo el referente concreto. Lo que importa es la representación en el discurso narrativo de ese territorio que el autor llama Chile.

 
5. ¿Con qué autores chilenos te identificas o sientes mayor afinidad?

Siento afinidad con autores que van desde Mauricio Redolés hasta Manuel Rojas. El abanico es muy amplio, y depende de las sensibilidades del momento puntual.


6. ¿En tu labor como académica, crees que existe una crisis de lectura en nuestro país o dicho de un modo mercantil y desde tu experiencia literaria. El público objetivo de los escritores en Chile es reducido?

Creo que las redes sociales están potenciando una nueva tribu de lectores. Y tal vez sea necesario ajustar los parámetros de lectura tradicionales antes de hablar de crisis. Los códigos hoy son otros y eso puede repercutir en lo que llamas “el público objetivo”. En cualquier caso, pienso que estamos muy encima de estos cambios en la cultura del libro como para hacer un diagnóstico definitivo.


7. Para finalizar una pregunta a modo de juego, tienes que cambiarte a un departamento pequeño ¿Qué libros o autores no dejarías fuera de la obligada pequeña biblioteca?

Me llevaría El Aleph, de Borges, que a la larga contiene todos los libros.

* Entrevista realizada por Omar Cid.
Parte del Equipo editor del blog SECH
y de Crónica Digital.

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